CROTALEANDO (Final)
Por Etelberto Cruz Loeza.
En nuestro país, y en nuestra sociedad, desde la instalación y desarrollo del Estado Nacionalista, surgido de la Revolución Mexicana y de la Constitución de 1917 – con Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, como presidentes de la República -, los diferentes titulares del Ejecutivo Federal, hasta José López Portillo y un poquitito Miguel de la Madrid Hurtado, trabajaron para crear, desarrollar y consolidar el Estado Benefactor, el Estado de Bienestar y/o la Sociedad del Bienestar.
En la concepción de ese Estado, que era el eje y guía, se crearon y desarrollaron todas los sectores de la sociedad nacional, teniendo al individuo mexicano como destino-fin: – educación pública de todos los niveles y tipos – Campaña Nacional de Alfabetización, Internados de Educación Primaria, Plan de 11 Años, Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas – CAPFCE -, el boom de educación secundaria, Centros de Capacitación y de /para el trabajo, todos los tipos de Media Superior, Escuelas Normales – federalizadas, rurales, urbanas y Centros Regionales de Educación Normal, Normales Experimentales – y universidades y tecnológicos públicos, seguridad social, desarrollo rural, subsistencias populares, asistencia pública y seguridad médica – IMSS&ISSSTE – clínicas, hospitales y centros vacacionales + Centros Médicos Nacionales y de Especialización – SSA, Seguro Popular -, CONASUPO – vestido, calzado y alimentos populares -, LICONSA, PEMEX, Mexicana de Aviación, Ferrocarriles Nacionales de México, Desarrollo Industriales como Ciudad Sahagún, Empresas fabriles del Estado como DINA, Fertilizantes Nacionales – FERTINAL – SICARTSA, Pajaritos & Cosoleacaque, Ver., Instituciones financieras como Banco Nacional de Crédito Ejidal –BANJIDAL -, Banco de México*, Nacional Financiera – NAFINSA -, FONACOT, Diario EL NACIONAL, Canal 13, la Hora Nacional, Canal 11 – IPN – , INFONAVIT, FOVISSSTE, INDECO; CONADE, FEDEMEX, RUTA 100, METRO, Caminos y Puentes de Ingreso a la Federación – CAPUFE-, empresas siderúrgicas, mineras, sistema administradores de agua potable, etc.…todo lo que representaba y significaba un Estado Benefactor y un estado de bienestar – desde la gestación hasta la inhumación pasando por la cuna hasta la tumba – y que servía a la sociedad nacional, al individuo mexicano -, fueron, inicialmente, desprestigiados, estigmatizados como corruptos y demagógicos y paralelamente, vendidos por Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León; esos líderes políticos afirmaron que reformaban la Constitución política para desincorporar todo porque el Estado – el Nacionalismo, el Populismo -, estaba muy gordo, adiposo, era muy lento, demagógico, ineficiente y no satisfacía con rapidez y efectividad las necesidades de la sociedad mexicana.
Y la figura del Estado mexicano se transformó: de un Estado Benefactor – centro, eje, motor y generador de todo bien para la sociedad – involucionó hacia un Estado testigo, dejando su función social a las fuerzas del mercado.
Los principales problemas en la administración de un estado de Bienestar son determinar el nivel deseable de provisión de servicios por parte del Estado, asegurar que el sistema de beneficios y contribuciones personales satisfaga las necesidades de los individuos y las familias, al mismo tiempo que ofrece incentivos suficientes para el trabajo productivo, garantizar la eficiencia en el funcionamiento de los monopolios estatales y las burocracias y la provisión equitativa de recursos para financiar los servicios por encima de las contribuciones de los beneficiarios directos. Esos gobiernos no lograron resolver cualitativa y cuantitativamente esos indicadores.
Y apoyados en la nueva Constitución desarbolaron, desarmaron y vendieron todo el Estado nacionalista, popular – construido en 65/70 años – 2 generaciones – y colocaron las bases jurídico-políticas para el advenimiento del Neoliberalismo y posteriormente la globalización.
De hecho, en nuestro país el neoliberalismo lleva, completamente, 18 años y casi 2 meses; Fox lo inició cabalmente y Enrique Peña Nieto terminó de enterrarlo con las reformas estructurales – energética y telecomunicaciones, específicamente -.
Curiosamente, en varios países europeos – sobre todo Dinamarca y Noruega – el Estado=sociedad proveen oportunidades a la población – educación y servicios médicos – medicina, y asistencia social gratuitas, empleo y desarrollo empresarial, salarios suficientes con alto poder adquisitivo y excelentes prestaciones -, Inglaterra, Países Bajos.
Como en todo, en algunos países como Inglaterra, se ha caído en excesos y desprestigios y aunque el Estado Benefactor ahí está, se te identifica como miserable si aceptas una habitación-condominio-dúplex o un servicio médico o social – servicios educativos o apoyos económicos -.
En otros, como Dinamarca, Noruega, aprovechando los servicios y oportunidades que el Estado, y Sociedad, Benefactor(es) implementan, es el talento, empeño, motivación y la dedicación lo que determinan su desarrollo y consolidación como individuo y sociedad, que no es otra cosa que el criterio democrático de nuestro artículo 3° Constitucional.
Hasta el año 2000 México era un Estado Benefactor cuya finalidad era el bien común: el Bienestar de la Sociedad; el Estado era el motor, el eje, el centro de la sociedad nacional. A intereses extranjeros no convenía la ruta nacionalista que llevaba nuestro país y nuestra sociedad – superaba a los país escandinavos, incluso a Inglaterra y Francia -; se temió que Luis Donaldo Colosio revirtiera las reformas neoliberales iniciadas por Miguel de la Madrid y continuadas por Carlos Salinas de Gortari; sucedió el atentado en su contra en Lomas Taurinas, en marzo de 1994 y esa tarde, a las cinco de la tarde, inició el parte aguas de nuestra vida política, y social.
A nuestra sociedad no se le concedió la oportunidad de madurar. Fue detenida de golpe, y si se quiere aceptar, hasta traicionada: únicamente 2 generaciones se formaron dentro del universo del Estado Benefactor.
Los que estaban en formación y desarrollo desde 1982 al 2000 quedaron truncados. Es la generación sándwich, en la que – porque era la moda – se formaron – respetuosamente – jardineros, choferes, taxistas, maquiladores, chefs y batallones para las corrientes migratorias a Estados Unidos, porque las remesas eran útiles para el desarrollo de la sociedad.
Bajo la cara cotidiana de nuestra realidad – la cancelación del aeropuerto en Texcoco, vencidas con el huachicoleo, el incremento de salario en un 14%, las pensiones para el bienestar, los programas sociales prioritarios, las 100 universidades nuevas, la ley de Remuneraciones para ajustarlas a un límite superior, etc. -, se libra una intensa batalla: consolidar el neoliberalismo o revertirlo y reinstalar el nacionalismo.
El presidente tiene todo el poder y sus riendas, pero carece de tiempo – escasamente 2, y dependiendo de resultados, 5 años – y de un Plan de Gobierno con prioridades – inmediatas-corto-mediano-largo plazos. Sabe qué hacer, pero no cómo, ni con quién -; tiene un pie en el poder Ejecutivo; el otro, en el Legislativo; su escudo está compactado por 30 millones de votos=apoyo popular y sus armas son los programas sociales prioritarios y el control y manipulación de la información – menos en las (¿benditas/malditas?) redes sociales.
Es una partida, con muchos jaques y mates, pero, lamentablemente, con límite de tiempo.