Por Héctor Torres
Constantino Ortiz García no tuvo el respaldo del PRI para ser su candidato a la presidencia municipal de Morelia y, por lo tanto, se refugió en el Partido Verde Ecologista de México para cumplir su ambición de aspirar a ser el alcalde de la capital michoacana.
A Ortiz García se le puede catalogar como un empresario que hiberna en periodos electoralmente muertos, y despierta cuando hay comicios en puerta, se aparece en todos los escenarios políticos, en particular en aquellos donde se movían los actores del PRI.
Ahí estaba, siempre presente, en este y en otros procesos electorales, firme, para salir en la foto, incluso fue nombrado como coordinador estatal empresarial de la CNOP, y, con esa designación, parecía que este proceso electoral sería el bueno para su ambición personal y, por fin, el PRI lo nombraría como su candidato a la presidencia municipal de Morelia.
Pero como en política no hay nada escrito y es frecuente que de plato a la boca se caiga la sopa, a Constantino Ortiz García se le derramó en la mesa por culpa de una mano femenina y Daniela de los Santos Torres llegó para quedarse con la candidatura que ya sentía suya el empresario.
Y, como su ambición no mermó, fue y se refugió en las siglas del Partido Verde para, desde ahí, tratar de alcanzar su ambición personal, aunque, dicho sea de paso, ésta no llegará porque Constantino Ortiz García no tiene la simpatía ni el trabajo político suficiente para conseguir el voto de la mayoría de los habitantes del municipio de Morelia.
Ai’pá la otra mi buen, esta vez no será.