ESPEJO DEL MIEDO
Cargo ahora con un espejo que refleja la creciente inseguridad y el miedo que recorren el país. En este espejo callejero se miran miles y miles de personas con el rostro desencajado, padeciendo eventos amargos de muerte, de secuestro, de robos, de feminicidios y de cuanta destrucción sufrimos hoy los mexicanos.
La mentira y el odio, la perversa división social y sobre todo la injustificada e injustificable protección al crimen organizado son los mortales venenos inoculados al pueblo por quien menos debería hacerlo, el mismo gobierno. Y, peor aún, lo hace con un discurso engañoso de cambio y protección popular.
La inseguridad y el miedo llevan a una prisión llamada esclavitud igual que en la casa donde sólo una voz truena, manda y somete.
No hay ciudad, pueblo ni ranchería que puedan presumir de tranquilidad. Levante la mano la comunidad en paz y sin temores. Cero. En un México con más de 190 mil pueblos urbanos y rurales, todos cuentan relatos de horror.
Pero frente a este panorama desastrado, hay también decenas de millones de mexicanos dispuestos a contener las malévolas acciones gubernamentales que conducen a la esclavitud.
Es gente valiente, totalmente dispuesta a rescatar a México, levantarlo de la postración en que ha sido colocado al lado de Cuba, Venezuela, Nicaragua y de los organismos e instituciones dictatoriales del Foro de Sao Paulo, creado por Fidel Castro.
Suman decenas de millones los mexicanos dispuestos a jugársela por sus familias e hijos. Dispuestos a luchar denodadamente por la seguridad perdida en la calle y en el hogar.
Estos millones de mexicanos disponen de un arma bien cargada y eficaz; disponen del voto que contando con un organismo independiente y democrático como el Instituto Federal Electoral, pueden modificar para bien el rumbo del país.
Digámoslo con toda claridad: la más grande y poderosa oposición al mal gobierno somos los ciudadanos. Somos muchos millones con el poder para rescatar a México y salvar a nuestras familias de la esclavitud dictatorial.
¿Ha imaginado, ha deseado vivir en una comunidad segura y sin miedo? Si es así, unamos esfuerzo y trabajos, hagamos causa común con todos quienes deseamos lo mismo. Nada ni nadie hará por nosotros lo que no hagamos por nosotros mismos.
Por nosotros, por nuestras familias, por nuestros hijos, unamos voluntades ahora en este 2022, aquí en mi pueblo, en mi comunidad, en mi trabajo, en mi iglesia, en la calle. Aquí y ahora para detener la dictadura, la esclavitud en camino.
JAIME ALEJO CASTILLO, mayo de 2022