CONTRAPESO Y CONGRUENCIA (1/2)
Por Etelberto Cruz Loeza.
Dos recientes hechos políticos rasparon al acorazado 4T – que, finalmente al finalizar el mes serán pasado.
Uno de ellos fue la resolución, por mayoría de votos – 8 a 3-, de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que, después del análisis de la Ley de Remuneraciones, invalida determinados artículos – 6° y 7° -, porque estima que permiten el establecimiento discrecional de remuneraciones, más los artículos 217 bis y ter del Código Penal Federal, porque establecían penas por hacer pagos de sueldos y prestaciones en exceso o por no reportar aquéllos recibidos en exceso, por considerar que violan el principio de taxatividad en materia penal, y estableció – tiempo y exigió mecanismos – lógicos, jurídicos – para el hecho de fijar el tope de remuneraciones:…muy importante que le demos al Congreso el tiempo necesario para poder legislar, porque es una materia muy delicada y, además, es mucho lo que está en juego y lo que se ha ponderado; y un poco el malestar que existe en el aparato burocrático del Estado”.
“Con esta invalidación, el Congreso tendrá un periodo de 90 días para legislar – aclarar-fijar-establecer – cómo se debe calcular el salario del titular del poder Ejecutivo federal – sobre el tema y establecer los criterios para definir el salario presidencial, tope con el que deberá lidiar Hacienda para determinar la base de la asignación de salarios”.
“La ley impugnada contiene una redacción imprecisa, que permite interpretar que el legislador ordinario considera a los créditos y préstamos como parte integrante de las remuneraciones de los servidores públicos (¡Qué tal!…asombrosa visión tan mi…o…pe), en contravención de lo que señala la Constitución”.
Y el ministro presidente Arturo Zaldívar precisó: “Lo más conveniente era el sobreseimiento, (pero) no es posible un análisis técnico y lógico cuando de la ley quedan sólo retazos. No puedo calificar una omisión en relación con una ley que está modificada”.
Jurídica y políticamente es bastante valiosa esta resolución, porque señala una ruta:
A.- Fijar reglas, parámetros y procedimientos que permitan determinar objetivamente la remuneración, no únicamente, del titular del Ejecutivo Federal, para la integración de las remuneraciones del resto de los servidores públicos, lo que augura cambios en la remuneración de toda la burocracia – alta, media y baja – de la administración pública – de todos los tipos y clases y categoría. Luego entonces sí viene un cambio. Ojalá que sea para bien.
B.-Este asunto no era únicamente el punto de las remuneraciones de los Ministros de la Suprema Corte de Justicia, ni de los magistrados del Consejo de la Judicatura Federal: comprende, a todo el aparato del poder Judicial, de TODO y, por ampliación, ahora, será para toda la burocracia federal.
C.- Panorámicamente, parecía que el poder Ejecutivo estaba en confrontación con el Poder Judicial y con los organismos autónomos. Con esta resolución, todo queda lisito, lisito y en vía de solución.
D.- Por otro lado, la Suprema Corte de Justicia hizo valer su papel de contrapeso en las actuaciones abusivas&excesivas de ejercicio del poder de los otros 2 poderes de la Unión y fijó los límites y reglas para, específicamente, en este caso, ejercer el poder sobre remuneraciones con reglas claras y parámetros y procedimientos construidos por consenso en el H. Poder Legislativo sobre las remuneraciones.
E.-Al conceder 90 días para la actuación del Poder legislativo, la Corte establece el calendario en el que debe resolverse este agudo asunto y lo coloca en la vía de la normalidad: en esos 90 días se estarán conformando los proyectos de presupuestos de Egresos de la Federación 2020 y todo quedará regularizado y normado constitucionalmente, no a caprichos y ocurrencias.
F.- Lo anterior es ejemplo del juego político republicano – actuación entre los Poderes de la Unión: pesos, contrapesos y equilibrios – que debe permitirse, darse y respetarse. Esquema-formato que debe darse, y ser, en un Estado republicano, autónomo, independiente y democrático.
Normalidad republicana, y democrática. Bien por nuestra Suprema Corte de Justicia. Con los abogados constituyentes hemos topado, Sancho.