¡BASTA! 1/2
Etelberto Cruz Loeza
Es deseable que utilice palabras que muestren mi enojo=coraje, sin faltar al respeto de la institucional investidura del Ejecutivo Federal: el presidente de la República.
Hace algún tiempo escuché y leí en alguna parte la anécdota El Caballo del Gringo: según esto, un gringo que vivía en alguna parte de nuestro país, por razón específica necesitó dinero y dado que gastaba bastante en la comida de su caballo, quiso acostumbrarlo a no comer. Y lo acostumbró tanto a no comer, ¡hasta que se le murió!
Y eso es lo que está sucediendo en nuestro país: Andrés Manuel López Obrador, a través del cambio en el proceso de adquisiciones de toda la administración pública centralizada – triangulación con la Súper Oficialía Mayor de Hacienda, entidad que realiza TODAS las compras del sector público centralizado, con la finalidad de ahorrar dinero y destinarlo a sus programas sociales emblemáticos – Apoyo a Adultos Mayores, Becas a Jóvenes Construyendo el Futuro, las 100 universidades para el Bienestar Benito Juárez y la Universidad de la Salud – en la ciudad de México -.
Supuesta o seguramente se manifestaba corrupción en la adquisición por cada secretaría de todo lo necesario para la funcionalidad de la secretaría u organismo público federal. Ahora se efectúa a través de la súper Oficialía Mayor de Hacienda. De conformidad con sus otros datos, la presidencia de la República ahorraría 500 mil millones de pesos, el primer año.
Mas lo que es evidente es un tan soberano como histórico, enorme e inédito subejercicio presupuestal tan grande como el desabasto de medicinas, equipo, material de curación y cirugía en todo el sector salud e instituciones autónomas como el Instituto Mexicano del Seguro Social y el Instituto de Seguridad Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, y del desconocido Instituto de Salud y Bienestar, que nadie sabe qué es, dónde está, o estará, cómo funcionará, sus responsabilidades-obligaciones y si será, o no gratuito. De un plumazo político desapareció el Seguro Popular, que si bien, tenía insuficiencias en varios estados eran responsabilidad de los gobernadores y específicamente de los responsables del desaparecido Seguro Popular.
Lo cierto es que con el emblema del combate a la corrupción – se ignoran cantidades de detenidos, procesados y sentenciados -, el presidente de la República desarticulo, desarmó y descompuso estructuras y modelos funcionales en todo el sector salud que eran óptimos y ofrecían regalías manifiestas en el bienestar de la población nacional y con esa triangulación tan innecesaria como inútil e improductiva está generando muertes en clínicas y hospitales de todo el sector salud nacional.
Amable lector, muy seguramente Ud. es derechohabiente=beneficiario o del IMSS o del ISSSTE y/o lo fue del Seguro Popular; Ud., sabe que, aproximadamente existe un 40% de desabasto de medicamentos, material de curación, presupuesto para adquisición=renovación-renta=reparaciones de equipo médico-laboratorios clínicos y de apoyo al diagnóstico, reactivos, substancias y sales para laboratorios clínicos, etc. Y este desabasto no es estacional; es artificial generado por una torpe visión administrativa, a la cual le importa más lo que ahorrarían que la sociedad.
El presidente de la República debe aceptar y entender que CON LA SALUD DE LA SOCIEDAD NO SE JUEGA.
¿Cuántos muertos más serán necesarios? ¿Cuántos clamores y lamentos más deben acumularse y escucharse? ¿Cuánto llanto más debe oírse? ¿Cuántas lágrimas más de los mexicanos deben correr ante la manifiesta insensibilidad, indiferencia e intenso desprecio de su presidente?
¿Qué se puede esperar de un presidente que se escuda en la categorización de conservadores a quienes señalan sus errores?
¿Qué se puede esperar de un presidente de la República que tiene miedo de que los enfermos, que está matando, y los ya muertos, le persigan y le den Golpe de Estado? (Y estos muertos ¿a quién se les cargará?)
¿Qué esperar de un gobierno que es indiferente ante las víctimas y perdona a todos los culpables?
¿Qué esperar de un gobierno que todas su ineficiencia la atribuye al pasado y a la Mafia del Poder y a la corrupción, sin detenidos y su soberbia e insensibilidad le impiden ver el árbol y el bosque.
Y es inédito: nunca, salvo los gobiernos autócratas-totalitarios, un gobierno democrático había sido causante de este paulatino genocidio nacional.