(El rescate de la Banca)
No obstante los largos años transcurridos, el supuesto rescate de la vieja Banca Nacional ha dado como resultado no un mejoramiento económico sino una profundización de la economía nacional a la que no le vemos horizonte alguno favorable, de tal manera que a tantos años y sexenios pasados la crisis económica persiste y agrava día a día las condiciones socioeconómicas de la mayoría nacional, salvamento que si ha servido para empoderar aún mas a los posesionarios del gran capital que han depositado su confianza no en México, sino en los paraísos fiscales. Más cara pues que las albóndigas nos ha resultado la privatización de la supuesta Banca Mexicana y de las industrias que el estado mexicano poseía.
A la fecha actual todavía el Congreso de la Unión (Cámara de Diputados) ha determinado una partida del presupuesto de egresos para el año que está por iniciar, por la cantidad de 473 mil millones de pesos a efecto de cubrir solo una parte de la todavía deuda pública y además, “para continuar con el rescate de la banca nacional” ( ahora en manos de unos cuántos particulares), por lo que ha autorizado otra suma que casi alcanza los 40 mil millones de pesos para tal fin contraído.
A tantos años ya de 1994, el problema de la devaluación monetaria no ha terminado y sigue como una constante manteniendo el peso en el valor que a poderosos países más les les conviene.
Por lo que sucede, vale la pena recordar a don Ernesto Zedillo Ponce de León, economista egresado del I.P.N., ahora al servicio de varias transnacionales, quien siendo Presidente de México, diera continuidad a la crisis económica que desde esos años venimos padeciendo. Decía Ernesto Zedillo, luego de la severa crisis devaluatoria de 1994 que, cito: «Tuvimos que rescatar de la quiebra masiva a los bancos. Pero ese rescate tuvo un costo equivalente, entonces, al 20% del Producto Interno Bruto del país. Eso es más grande, inclusive, que lo que ha pagado el gobierno estadunidense por rescatar a sus bancos». (Hasta aquí la cita). ¡Así que males de muchos consuelo de tontos!
Adicionalmente recordaba el expresidente que en ese entonces, también se había autorizado el aumento del 50% en la tasa del Impuesto al Valor Agregado, mismo que pasaba del 10% al 15% y así hasta alcanzar a llegar a nuestros días soportando la irracionalidad de algunos presidentes y de otros menos inteligentes, pero que al final de las cuentas todos representaron el Poder Ejecutivo .
El rescate pues de la ¿Banca nacional?, sigue pagándose hasta nuestros días, aun cuando ya no está en las manos del gobierno de la República y sí en la de particulares, pero que se mantiene la obligación de seguir pagando por el rescate de la misma, considerándose que para ese fin, el año próximo tendrá una partida por la cantidad de treinta y ocho mil millones de pesos (38,000,000,000.00) a efecto de continuar con las supuestas deudas provocadas por el rescate bancario.
Cerca de veinticinco años han pasado desde la burda transferencia de la banca nacional, rescate famoso, mismo que desde mi óptica, fue entregado a la iniciativa privada en forma burda y descaradamente, lo que ha sido en perjuicio de las mayorías. En la actualidad, la banca en lo general mantiene altos intereses a quienes necesitan de un préstamo y muy poco pagan a los pequeños ahorradores. El dinero que éstos últimos ahorran va disminuyendo su valor, en beneficio de la Banca.
“Los gobiernos- decía Mr. Ángel Gurría- Secretario de Hacienda y Crédito Público con Ernesto Zedillo Ponce de León- que ellos debían tomar decisiones concretas y difíciles sin desbalancear el sistema de incentivos en el sector financiero porque, agregaba, no es posible generar un sistema perverso en el que los bancos bien administrados no tengan el apoyo del gobierno, mientras que los indisciplinados reciben la salvación estatal».
En fin, lo cierto es que el rescate de los banqueros le ha costado a México el 14.5 por ciento del PIB de aquellos años, y que representaban cantidades incuantificables de recursos económicos. Muchas de las industrias federales se las dieron a precios de remate lo que provocó además, que los ricos se hicieran más ricos y los pobres más pobres. “El rescate bancario le costó a México más del 14.5% del PIB y nos sigue costando”.