Cambiadme la receta
Reflexiones
Dr. Bulmaro Guerrero Cárdenas
Corrupción y democracia
El académico y activista estadunidense Noam Chomsky asegura que la corrupción endémica en América Latina amenaza con hundir y revertir los avances logrados por los gobiernos progresistas en años recientes. Destaca los esfuerzos de algunos gobiernos para enfrentar la situación que vivía la región, la cual, en su opinión, era desastrosa.
Puso de ejemplo los intentos por tomar distancia del Fondo Monetario Internacional y las medidas para reducir la pobreza, aumentar las oportunidades de educación y mejorar los derechos civiles.
Desafortunadamente ese proceso fue acompañado por fallas importantes que amenazan con hundir y revertir las ganancias obtenidas.
Respecto de las causas de esa situación que ha vivido y aún enfrenta América Latina, el filósofo señala con pulcritud que uno de los problemas para que ello ocurriera ha sido la falta de capacidad y liderazgo de la izquierda para evitar los niveles de corrupción endémica.
En esta reflexión afirmo que la corrupción acaba con todo, en cualquier tipo de gobierno; tanto es así que el gobierno de Peña Nieto está en la fase final de proceso sexenal de putrefacción. Él encabeza un gobierno retrograda, que nada tendría que ver con los gobiernos progresistas de los que habla Chomsky. Más bien, el presidente Peña Nieto encabeza un gobierno anti popular y violador de los derechos humanos.
Sin duda, la víctima más importante de la corrupción en México es la democracia. No hay elecciones libres, creíbles y equitativas; la mayor parte de los procesos electorales son fraudulentos. Las instituciones responsables de los procesos comiciales están compradas, sometidas, por los poderes fácticos y el los gobiernos corruptos. Peña Nieto compró al PRD, y lo desarticuló en su expresión izquierdistas.
Para demostrarlo, voy a poner un ejemplo actualizado.
En la mesa actual de las recientes elecciones, el Consejo General del Instituto Nacional Electoral aprobó el dictamen de gastos de campaña de las elecciones de Coahuila, en el que confirmó el rebase de topes del candidato de la coalición Por un Coahuila Seguro, encabezada por Miguel Ángel Riquelme, en 8 por ciento, según las cifras preliminares difundidas por el organismo. Toca al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determinar si corresponde esta nulidad, conforme a los arreglos en lo oscurito entre Peña Nieto y el PAN.
El representante del PRI ante el INE, Jorge Carlos Ramírez Marín, alega diciendo que los partidos quedan en absoluta indefensión, no sabe qué significa esto de reclasificar el gasto y cuál va a ser el impacto real: nos vamos a ir -los partidos políticos- de aquí sin saber cuál es efectivamente el dictamen que se hizo. Para su partido, fue un proceso totalmente desaseado, sobre todo por estas ultimas sorpresas que introdujeron los consejeros aquí en la sesión. Nos parece muy grave, lloriquea.
En el Estado de México sucedió algo similar, pero ahí no se reconoció el rebase ostentoso del tope fijado en cientos de miles de millones de pesos; ni se tomó en cuenta la insultante cantidad de recursos federales inyectados durante el proceso de cambio del gobierno estatal. No lo vieron, no lo fiscalizaron. Tampoco se admitió la presencia de enormes cantidades de dinero sucio en el financiamiento al candidato priista, primo de Peña Nieto. Estamos ante una vieja estrategia de concertacesión entre las fuerzas políticas más oscuras del país. El PRI cede Coahuila al PAN; a cambio, el PAN deja pasar el fraude en el Estado de México. EL partido otrora de izquierda PRD claudicó frente a Peña Nieto.
El priísta Jorge Carlos Ramírez Marín sugiere que hay casos como Coahuila, donde por la vía de aportaciones de sindicatos no se tiene claridad si en realidad es dinero del crimen organizado.
El representante de Morena, Horacio Duarte, sostiene que hay una autoridad electoral secuestrada e incapaz de ver la injerencia presidencial en las elecciones, pese a la intervención gubernamental cínica y burda.
El Instituto Nacional Electoral también aprobó el dictamen de fiscalización de gastos de campaña en el estado de México, al confirmar que, consecuencia del elevado tope –285 millones de pesos– y un acuerdo –incumplido por la coalición encabezada por el PRI– de ejercer solamente la mitad del máximo legal permitido, en la entidad no se registraron rebases, aunque se confirmaron en gran parte las irregularidades detectadas y las millonarias multas que podrían superar los 400 millones de pesos.
Para Horacio Duarte, en la revisión del gasto en esa entidad está implícito un sesgo político que busca blindar al candidato del PRI, Alfredo del Mazo.
No es, pues, la pobreza, si no la corrupción la que extermina los brotes democráticos en nuestro castigado país. Llevamos doscientos años de elecciones, y no más no avanzamos.